Bienvenidos



¡Hola a todos!


El colegio Federico García Lorca comienza este nuevo curso uniéndose a las nuevas tecnologías, por ello invita a todos sus alumnos/as, profesores/as, padres y madres, a participar en el desarrollo de su nuevo blog.



26 ene 2011

CONCURSO DE JUGUETES

Se ha celebrado en el cole un concurso de juguetes artesanales, fabricados por nuestros alumnos y alumnas (ayudados por los papis también ¡eh!). Han podido participar todos los cursos de primaria e infantil.
El resultado ha sido estupendo, todos hemos disfrutado del ingenio empleado.
Gracias por la participación.
A continuación podéis ver una fotillo con algunos de los juguetes, dignos de aparecer en Toy Story 3.

10 ene 2011

Alba, Kiko y Nicol

Alba era como una florecilla apenas nacida, siempre oliendo a jabón y agua clara, perfumando con su olor limpio a los niños y las niñas con quienes jugaba, que admiraban a su amiga por lo bien aseada que acudía al colegio cada mañana.
Sus ojos eran transparentes: miraban fijos y con tanta intensidad que parecía como si envolvieran en papel de celofán todo lo que veían. Le gustaba que la mimaran y a cambio dar limpias caricias. Era como la rosa, pues sólo con su olor regalaba alegría y ganas de vivir. Siempre parecía sorprendida, siempre con ganas de aprender.

“Las nubes son camas de algodón donde descansa la imaginación”, les decía la seño. Y toda la clase quedaba embobada con aquellas bonitas palabras, pero ella les repetía una y otra vez:

“Las palabras no vienen solas, hay que llamarlas para que salgan de la casa donde duermen acostadas entre las sábanas blancas de los libros. Por eso es necesario leer muchos cuentos, muchas historias divertidas. Y escuchar atentamente las palabras que están en el aire.”

Mientras esto les decía, Kiko no paraba de hablar con su nueva compañera, Nicol, que había llegado desde un país lejano que hay en África. El niño, rubio y guapo, tenía enamoradas a todas las niñas de la clase; pero ahora solamente hablaba con su nueva amiga, porque le había dicho a la seño que tenía que ayudarla a conocer nuestro idioma. Y él no paraba de hablar y de enseñarle nuevas palabras.
Los ojos de Nicol parecían dos estrellas reflejadas en el mar cada vez que aprendía palabras como:
“amistad”, “paz”, “jugar”, “felicidad”, “casa”, “colegio”, “padre”, “madre”... Y otras muchas que ahora no recuerdo. Tantas que no cabrían en este papel.

Aunque había algunas que nunca quiso aprender porque eran feas y le traían tristes recuerdos. Kiko, que, además de rubio y guapo, era algo travieso, se sentía feliz cada vez que escuchaba a Nicol repetir las palabras que le enseñaba.

Y, así, mientras hacían barcos y aviones de papel, hablaban y aprendían juntos. Es lo bueno de tener amigas y amigos de otros países.

Paco Vargas

Deportes

Apareció una mañana en el centro del patio. Pequeña, redonda, inmóvil. Los alumnos entran atropelladamente arrojando sus flamantes mochilas digitales sobre el cemento para ocupar uno de los puestos de honor en la fila de entrada al centro. Daniel repara en él y frena su carrera en seco, la carrera por la fila puede esperar a mañana.

Como él, otros alumnos también han cesado en su trote y su atención se fija ahora en el centro de la pista. Allí reposa una pelota sucia y gastada. Todos se acercan con curiosidad y algo de cautela, pero es Daniel el primero en tocarla. La roza suavemente con la punta de su zapatilla haciendo que la pelota ruede lentamente por el patio. Llega a los pies de Carlos, un alumno ecuatoriano, que la levanta del suelo y la bota un par de veces contra el suelo para volver a sus manos. Parecen divertirse. Carlos pasa la pelota a Sara que la lanza al aire tan alto como puede y tras describir una parábola perfecta vuelve a sus brazos.

En cuestión de segundos todos los alumnos congregados están dispuestos a comprobar las “maravillas” de ese objeto redondo. Todos menos Hakim, un alumno nuevo en el centro y que procede del norte de África, que se encuentra a 5 ó 6 metros del corro formado. Pablo se da cuenta de la situación y tomando el balón entre sus manos se lo ofrece a Hakim. - toma, prueba tú también-.
– Gracias – contesta él mostrando una amplia sonrisa.

Hakim recibe la pelota y la baja hasta sus pies, allí la golpea, casi la acaricia, haciéndola pasar del pie derecho al izquierdo como si de un baile se tratase. Con un rápido gesto la eleva hasta su cabeza donde la mantiene unos segundos. Los niños y niñas, que ya son una multitud, estallan en aplausos y vítores. El balón va pasando por todos y todas. Alguno se atreve a intentar imitar torpemente los movimientos del nuevo alumno. Al llegar otra vez a Hakim, la pelota parece hacerle un guiño, y es que a partir de aquel día nuestro amigo no se quedó sentado ningún recreo más viendo jugar al resto de los niños.

Álvaro Ramos López